No queremos perder la oportunidad de hacer una de las primeras entradas de este blog sobre un clásico que a todos nos encanta. Seguro. Y no se trata -que ironía- de hablar de raciones y bares. Imaginamos que para, desde el primer momento, romper nosotros mismo las normas que pensamos antes de ayer y nos encantaban.
Lo que queremos es hablar de bares en donde no hace falta pedir siquiera una ración. Hablamos de esos lupanares del comer sin pedir, esos templos de la degustación a poquitos, esas glorias del a-ver-que-toca-ahora. Ese lugar donde NUNCA nadie se queda sin aperitivo.
Nos referimos a los bares donde te ponen aperitivos sin parar; y sin pagar. Y tú no puedes más que pedir cervezas sin parar. Esos lugares donde la comida nunca falta, en platitos pequeños junto a tu bebida fresquita. Allí donde se puede comer con tres o cuatro cañas.
Queremos hablar de alguno de esos bares donde los aperitivos son un festín que nunca se acaba. Y sobre todo, lo hacemos para aprender entre todos dónde hay otros interesantes. Y poder conocerlos y valorarlos. Ahí van los que nosotros conocemos. ¡¡Esperamos vuestras propuestas!!
Eduardo –ya clásico de los clásicos, en pocos meses- en la calle Toledo, 105. Como si estuvieras en tu casa –sobre todo, si pasas allí la mitad de la semana- , sumado a una muy buena cocina y un género de muy alta calidad. Comes con cuatro cañas. Y si además quieres alguna ración, no te pierdas los mejillones al vapor, los chipirones con arroz o los trigueros a la plancha… ¡Y ojo con la chavala que limpia!
El Valle, en la calle San Bernardino Obregón, frente a la sala Caracol. Bar restaurante gallego. No decimos más. Brutal. Non stop. ¡Todo a lo grande! Buen ambiente, sonrisas y aperitivos interminables… En raciones, ojo a los huevos rotos o al pulpo a la gallega
El Boñar de León, junto a San Bernardo. El clásico de los clásicos por excelencia de Madrid, ¿no? Aquí los aperitivos son infinitos, pero la calidad es claramente inferior. Nos referimos a todo: a la cocina, al género o al calibre de las cucarachas. En raciones, similar: mucho, pero de escaso impacto.
El Tigre, en la calle Infantas. Si logras llegar a la barra y pides, te garantizo un buen plato para acompañar tu caña. Y si no te empujan de la barra, también dos, tres, cuatro, cinco… En pleno Chueca, aunque parezca mentira.
En general, cualquier bar gallego o asturiano. ¡Decidnos algunos!
Y por supuesto, esto es una verdadera tradición –que debería ser protegida Patrimonio Cultural de la Humanidad-, en todos los bares de Granada, Jaén o Córdoba.
¡A disfrutar!